Es difícil encontrar un relato de un narcisista que hable de lo que es y hace, pocos logran reconocer alguna de sus características patológicas frente a otros. Por eso se me ocurrió hacer el ejercicio de ponerme en el lugar de un narcisista y narrar lo que implica este tipo de personalidad, para ilustrarlo y que las víctimas puedan identificar lo que les pasa; lo hice basado en lo que he investigado, lo que he vivenciado y las historias de mis consultantes.

«La gente tiene una idea de lo que somos muy errada. Yo no quiero verme todo el tiempo en un espejo y besar mi reflejo. Yo quiero que los demás me digan lo lindo que soy, nunca hago halagos a otros, a menos que necesite algo de esa persona. Sí, todo está siempre calculado.
Yo no sufro por lo que sufren la mayoría de las personas, por no sentirse amados y esas tonterías. Yo sufro cuando el otro me descubre, cuando saben que soy perverso, cuando descubren mi juego porque eso abre la posibilidad de que me corten el suministro narcisista, ese que obtengo de la víctima cuando detono respuestas emocionales en ella.

Aunque pretenda ser perfecto no lo soy, sé inventar y decir muchas mentiras, a veces me dejo descubrir en historias que inventé.
Dedico mucho tiempo a perfeccionar la mentira, intentando quedar bien, por eso duermo poco, mi cabeza no para de maquinar, algunas veces se me sale de las manos y al ver que me descubren prefiero desaparecer por un tiempo o echarte la culpa. Hacerte sentir culpable siempre es un buen recurso que tengo a la mano.


Cuando narro historias en las que soy el protagonista, me gusta ser una estrella, por eso me esfuerzo en hacerme brillar. Sí es necesario puedo agregar detalles que nunca sucedieron para hacer más interesante mi relato. Me gusta ver al público y sus reacciones; mientras cuento mi increíble historia. Pero escuchar tus historias no me resulta interesante, lo hago porque toca, por eso a veces prefiero ni mirarte mientras hablas, puedo dirigir mi mirada al infinito como señal de desinterés, allá tú si sigues con tu aburrido relato. No me importa que haya alguien presente que esté escuchando y sepa que no fue así qué sucedió, porque lo callaré si es necesario. Los que me conocen saben que me irrito bastante cuando intentan mostrarme mis defectos o hacerme reclamos, así que no titubearé si tengo que castigarte.

Castigos, esa palabra me es familiar, me gusta castigar para que la gente aprenda lo que debe y lo que no debe hacerme.
Yo sé que aprenderás a no cuestionarme o reclamarme, cuando hayas pasado unos días sin el placer de saber de mi. Yo sé que entenderás que algo no me gusta porque te dejé de hablar por horas y sé que te incomodas con el silencio, con mi silencio, pero es la única forma en que tú entiendes. Ya deberías saber que no deberías hacerlo.

Por ultimo, un consejo, si quieres mantener tu salud mental, busca ayuda porque alejarse de mi no es nada fácil».

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