Surge en la década del 40, basándose en fundamentos como: el existencialismo, el reconocimiento de lo obvio, el “darse cuenta” o ampliación de conciencia de nuestra existencia en relación conmigo mismo y con el entorno. Además, el asumir la responsabilidad de nuestros sentimientos, pensamientos y acciones.
Confiando en el potencial de desarrollo inherente al ser humano que tiende a la autorrealización; el terapeuta gestáltico busca brindarle al consultante los medios por los cuales pueda resolver sus bloqueos emocionales y asuntos inconclusos, aprendiendo así a resolver sus problemas del pasado aquí y ahora, obteniendo las herramientas para afrontar el futuro.
Promueve el paso del apoyo ambiental al autoapoyo, guía el autoconocimiento del consultante que le permite ver como crea sus propias dificultades, para llegar a la satisfacción y aceptación de su ser.
La terapia gestáltica es un enfoque teórico de la psicología humanista (la tercera fuerza de la psicología).
Una sesión de terapia dura 60 minutos aproximadamente, en los cuales se trabaja sobre la necesidad del consultante, la necesidad del día, es decir, del «ahora».
Una mirada a las relaciones personales desde la teoría de la terapia Gestalt, intentando aplicar de forma clara y sencilla sus conceptos a la vida cotidiana.